Las fitohormonas son compuestos orgánicos esenciales que orquestan el crecimiento y desarrollo de las plantas, actuando como mensajeros químicos que inducen o suprimen procesos vitales. Para los ingenieros agrónomos, comprender la función y aplicación de las fitohormonas es fundamental para optimizar la producción agrícola y la salud de los cultivos. Este artículo, basado en la ponencia presentada por PhD. Jared Jensen para el 3er Seminario de Calidad y Rendimiento, resalta la importancia de estos compuestos.
Estas sustancias naturales, presentes en concentraciones ínfimas, tienen un impacto profundo en cada etapa del ciclo de vida de una planta. Las fitohormonas más estudiadas y aplicadas en la agricultura incluyen las Auxinas, Citoquininas y Giberelinas, aunque otras como el Etileno, Ácido Abscísico, Ácido Salicílico y Jasmonato también desempeñan roles cruciales.
Cada tipo de fitohormona se encarga de funciones específicas: desde la germinación de semillas y el crecimiento de raíces y brotes, hasta la floración, el desarrollo y maduración de frutos, la abscisión de hojas y frutos, y la protección contra el estrés. Los requerimientos de fitohormonas varían significativamente a lo largo de las distintas fases de crecimiento de la planta, incluyendo la germinación y establecimiento, crecimiento vegetativo, floración y reproducción, y maduración y senescencia.
Los Reguladores del Crecimiento de las Plantas (RCP) son compuestos que imitan la acción de las fitohormonas naturales o estimulan su producción endógena. Pueden ser de origen natural o sintético. Ejemplos de auxinas naturales son el ácido indolbutírico (IBA) y el ácido indol-3-acético (IAA), mientras que entre las sintéticas encontramos el 2,4-D, Dicamba y Picloram. En el caso de las citoquininas, la Zeatin y la Zeatin Ribósido son naturales, y la Kinetina, Bencylaminopurona (BAP) y Thidiazurón (TDZ) son sintéticas. La giberelina más conocida es el ácido giberélico (GA3), junto con GA4+7.
Las plantas responden a su entorno alterando el comportamiento de sus tejidos, una reacción modulada por las fitohormonas/RCPs, bioestimulantes, péptidos, moléculas orgánicas y factores ambientales.
Las fitohormonas Auxina y Citoquinina demuestran un efecto complementario vital en el desarrollo vegetal. La Auxina se enfoca en el crecimiento de las raíces primarias y laterales, promoviendo un sistema radicular robusto. En contraste, la Citoquinina estimula el crecimiento de brotes y hojas, impactando directamente la parte aérea de la planta. La sinergia entre ambas fitohormonas establece un equilibrio fundamental entre el crecimiento de raíces y brotes, además de que las citoquininas promueven activamente la diferenciación y división celular.
Las citoquininas juegan un papel preponderante en la floración. Al promover la diferenciación y división celular, estas fitohormonas facilitan la transición del crecimiento vegetativo al reproductivo. También incrementan la expresión de genes relacionados con la floración, sincronizan el proceso y aumentan el número y tamaño de las flores. Un estudio en Arabidopsis thaliana demostró cómo la citoquinina regula la actividad de los meristemos reproductivos, el tamaño de los órganos florales, la formación de óvulos y, consecuentemente, el rendimiento de semillas.
En cuanto al desarrollo de los frutos, las fitohormonas Auxinas, Citoquininas y Giberelinas son indispensables. La diferenciación y división celular, impulsada por Auxinas y Citoquininas, marca el inicio y el aumento del tamaño del fruto. La elongación celular, influenciada por Auxinas y Giberelinas, también contribuye al tamaño final. Adicionalmente, estas tres fitohormonas promueven el movimiento de nutrientes hacia el fruto y mejoran el cuajado, factores críticos para la calidad y cantidad de la cosecha.
En el mercado agrícola, productos como TRIGGRR representan una innovación al combinar extractos de plantas y metabolitos de microorganismos que actúan como inductores de fitohormonas. Según SAN Agrow, TRIGGRR es una gama de productos que integra una base bioestimulante con fitohormonas específicas y micronutrientes como Fe, Mn y Zn. Esta combinación está diseñada para ser utilizada durante todas las etapas del ciclo de cultivo.
Existen cuatro variedades de TRIGGRR, cada una con una composición específica de fitohormonas, pero compartiendo una base bioestimulante única:
La base bioestimulante de TRIGGRR, compuesta por extracto de algas marinas, metabolitos microbianos, extractos botánicos, polisacáridos, ácidos orgánicos y sustancias húmicas, trabaja sinérgicamente para mejorar la absorción de nutrientes, inducir la defensa de la planta, estimular el crecimiento y desarrollo vegetal, y minimizar el estrés abiótico.
TRIGGRR funciona provocando la producción de fitohormonas, la división y el crecimiento celular. Mejora el área foliar, el contenido de clorofila, el crecimiento de las raíces, la absorción de nutrientes y el cuajado y calidad de los frutos. Además, promueve la resistencia al estrés abiótico y biótico y reduce el tiempo para la cosecha. Estudios de caso respaldan estos efectos, mostrando mejoras en rendimiento de papa, clorofila y fotosíntesis en fresa, aumento de BRIX en fresa, rendimiento en vid, y resistencia al estrés en diversos cultivos.
Los productos TRIGGRR pueden aplicarse tanto al suelo como foliarmente y son compatibles con la mayoría de fertilizantes y pesticidas. Para maximizar sus efectos, se recomienda su uso en conjunto con un programa de nutrición balanceado. La selección del TRIGGRR y el momento de aplicación deben basarse en la etapa de crecimiento de la planta y los objetivos específicos del cultivo. En el contexto agrícola de Perú, la implementación de soluciones basadas en fitohormonas como TRIGGRR puede significar un avance significativo en la eficiencia y sostenibilidad de diversos cultivos como la alcachofa, el palto, la fresa, el arándano, la papa, la uva y los cítricos.
Fuente: Ponencia presentada por PhD. Jared Jensen para el 3er Seminario de Calidad y Rendimiento