La agricultura en Perú se ha consolidado como un líder mundial en agroexportación, destacando en productos de alto valor como uva de mesa, arándanos y paltas. Sin embargo, ante el aumento de costos y la creciente amenaza del cambio climático, el pronóstico climático estacional emerge como un pilar estratégico fundamental. Esta herramienta no solo asegura la eficiencia y sostenibilidad de las operaciones agrícolas, sino que es indispensable para la planificación de cultivos, la prevención de pérdidas y el fortalecimiento de la competitividad en el dinámico mercado global.
Para la próspera agroindustria peruana, la aplicación de un pronóstico climático estacional preciso es una ventaja competitiva esencial. La imprevisibilidad del clima obliga a las empresas agrícolas a adoptar tecnologías avanzadas para optimizar el uso de recursos. Esto incluye la aplicación variable de insumos (VRA) para ajustar dosis de fertilizantes y agua, y el monitoreo satelital con índices como el NDVI. Estas herramientas, alimentadas por datos agrometeorológicos, permiten detectar a tiempo problemas de estrés hídrico, deficiencias nutricionales o plagas, permitiendo una acción focalizada que reduce riesgos y eleva la rentabilidad.
Una región agrícola sin acceso a información climática oportuna se arriesga a una baja productividad. La Ingeniera Grinia Ávalos Roldán, Subdirectora de Predicción Climática del SENAMHI, ha subrayado que: un manejo agronómico eficaz es tan crucial como el clima mismo. Contar con un pronóstico climático estacional confiable permite a los ingenieros agrónomos optimizar los calendarios de siembra y cosecha y planificar medidas preventivas. Un claro ejemplo se observa en Puno, donde la vulnerabilidad de la quinua a heladas y sequías ha causado significativas pérdidas económicas, demostrando la necesidad de esta información para proteger los cultivos.
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (SENAMHI) es el actor fundamental en esta área. A través de proyectos como CLIMANDES, busca empoderar a los agricultores para una mejor gestión de riesgos. Pese a los avances, estudios en Cusco y Junín revelaron que solo un 20% de los pequeños productores adoptan medidas preventivas contra heladas, lo que resalta la brecha en la comunicación y aplicación de la información.
Para fortalecer su impacto, SENAMHI ha forjado alianzas clave, como la colaboración con el Servicio Nacional de Sanidad Agraria del Perú (SENASA) y la Asociación de Exportadores (ADEX) para apoyar a los productores de mango en Lambayeque. Se proyecta replicar este exitoso modelo en Piura, la principal región productora de mango del país.
El cambio climático presenta desafíos específicos en cada región del Perú, donde el pronóstico climático estacional es vital para diseñar estrategias de adaptación:
La implementación de servicios climáticos a medida es crucial para el futuro de la agricultura peruana. La inversión en tecnología, como el servidor «ANKA» del SENAMHI para pronósticos más rápidos, y la capacitación de especialistas, son pasos fundamentales. Un estudio del SENAMHI en Puno reveló que una simple alerta de heladas para productores de quinua podría generar un beneficio potencial de 9 millones de soles por campaña.
La colaboración estrecha entre entidades como SENAMHI, SENASA, ADEX y el INIA, junto con el empoderamiento del ingeniero agrónomo, es el camino para consolidar una agricultura eficiente, rentable y resiliente ante los desafíos del cambio climático en todo el territorio peruano.