En la agricultura moderna, la nutrición vegetal de precisión se ha consolidado como la estrategia indispensable para maximizar la calidad y el rendimiento de cultivos de alto valor como la uva de mesa y el arándano. En Perú, donde estos frutales representan importantes fuentes de exportación, adoptar enfoques basados en datos precisos y tecnología avanzada es clave para competir en mercados exigentes.
La nutrición vegetal de precisión consiste en aplicar los nutrientes adecuados, en la dosis correcta, en el momento oportuno y en el lugar preciso de la planta. Esta práctica va más allá de la fertilización tradicional: integra análisis de suelo, monitoreo foliar, imágenes satelitales y sensores en campo para tomar decisiones informadas.
Según los estudios, un programa de nutrición vegetal de precisión permite:
En la uva de mesa, la nutrición vegetal de precisión impacta en varias etapas críticas:
De acuerdo con los especialistas, al implementar un sistema de fertirriego guiado por sensores de humedad y sondas de nutrientes, se ha observado un aumento de hasta 15 % en rendimiento y una mejora notable en grado Brix y firmeza de la uva.
Para el arándano, la nutrición vegetal de precisión se traduce en:
En la región norte del Perú, donde la pluviometría y suelos arenosos exigen manejo especializado, se han logrado incrementar rendimientos en arándano en 20 % y reducir la variabilidad de calibre en un 30 %.
La nutrición vegetal de precisión es la vía para optimizar recursos, elevar la calidad de la uva de mesa y el arándano, y fortalecer la posición de Perú en los mercados internacionales. Adoptar tecnología, respaldada por análisis científicos y la experiencia de Farmex, asegura cultivos más eficientes, sostenibles y rentables.